En la vida enfrentamos
situaciones conflictivas de difícil decisión; como es el caso del dilema de la
señora que llega a confesarse donde el sacerdote muy allegado a la familia,
dándole a saber el intento de asesinar a
su esposo para cobrar una póliza de un seguro de vida y quedar libre
disfrutando de su herencia como tal.
Si bien el sacerdote
por estar en momento de confesión con la amiga y penitente, es obligado a
cumplir “el sigilo sacramental” según el derecho canónico, canon 983, 1 el cual dice: "El sigilo sacramental es
inviolable por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al
penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo”. De lo
contrario si se llegase a quebrantar el sigilo sacramental, sería excomulgado automáticamente.
Pero esto no significa
que el sacerdote no pueda hacer algo al respecto para evitar un crimen, sin
tener que romper el sello de confesión; lo que sí se puede hacer para dar
solución al dilema es que el sacerdote ayude a la penitente a enfrentar su
propio pecado, llevándola así a una verdadera contrición, donde por medio de
este acto de contrición la conduzca a desear hacer lo correcto y así evitar que
ella cometa un delito y pecado capital. Fuente: (Código de
Derecho Canónico, s.f.)
Referencias
Código de Derecho Canónico, C. d. (s.f.). Catholic.net.
Obtenido de El secreto de confesión:
http://es.catholic.net/op/articulos/9798/cat/130/el-secreto-de-confesion.html